b) Método de resistividad eléctrica
Este
método se basa en el hecho de que los suelos, dependiendo de su
naturaleza, presentan una mayor o menor resistividad eléctrica cuando
una corriente es inducida a su través. Su principal aplicación está en
el campo de la minería, pero en Mecánica de Suelos se ha aplicado para
determinar la presencia de estratos de roca en el subsuelo.
La
resistividad eléctrica de una zona de suelo puede medirse colocando
cuatro electrodos igualmente espaciados en la superficie y alineados;
los dos exteriores, conectados en serie a una batería son los electrodos
de corriente (medida por un miliamperímetro), en tanto que los
interiores se denominan de potencial y están conectados a un
potenciómetro que mide la diferencia de potencial de la corriente
circulante (Fig. A-12).
Los
electrodos de corriente son simples varillas metálicas, con punta
afilada, mientras que los de potencial son recipientes porosos llenos de
una solución de sulfato de cobre, que al filtrarse al suelo, garantiza
un buen contacto eléctrico.
La
resistividad se puede calcular a partir de las lecturas del
miliamperímetro I, del potenciómetro V y de la separación entre los
electrodos, d, con la fórmula:
El método
sirve, en primer lugar, para medir las resistividades a diferentes
profundidades, en un mismo lugar y, en segundo, para medir la
resistividad a una misma profundidad, a lo largo de un perfil. Lo
primero se logra aumentando la distancia d, entre electrodos, con lo que
se logra que la corriente penetre a mayor profundidad.
Lo segundo se logra conservando d constante y desplazando todo el equipo sobre la línea a explorar.
Las
mayores resistividades corresponden a rocas duras, siguiendo rocas
suaves, gravas compactas, etc., y teniendo los menores valores los
suelos suaves saturados.
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