a) Pozos a cielo abierto con muestreo inalterado
Este
método de exploración ha sido ya descrito en la sección anterior por lo
que no se considera necesario describirlo nuevamente. Sin embargo, es
conveniente insistir en el hecho de que cuando es factible, debe
considerarse el mejor de todos los métodos de exploración a disposición
del ingeniero para obtener muestras inalteradas y datos adicionales
que permitan un mejor proyecto y construcción de una obra.
b) Muestreo con tubos de pared delgada
Desde luego de ningún modo y bajo ninguna circunstancia puede obtenerse una muestra de suelo que pueda ser rigurosamente considerada como inalterada. En efecto, siempre será necesario extraer al suelo de un lugar con alguna herramienta que inevitablemente alterará las, condiciones de esfuerzo en su vecindad; además, una vez la muestra dentro del muestreador no se ha encontrado hasta hoy y es dudoso que jamás llegue a encontrarse, un método que proporcione a la muestra, sobre todo en sus caras superior e inferior los mismos esfuerzos que tenía “in situ”. Aparte de esto, la remoción de la muestra del muestreador al llegar al laboratorio produce inevitablemente otro cambio en los esfuerzos, pues la fase líquida deberá trabajar a tensión y la fase sólida a compresión en la medida necesaria para que se impida la expansión de la muestra, originalmente confinada en el suelo y ahora libre. La alteración producida por esta extracción es un factor importante aún y cuando se recurra al procedimiento de cortar longitudinalmente al muestreador para evitar el efecto de la fricción lateral, si bien con este procedimiento más costoso se atenúa la alteración. Por lo anterior, cuando en Mecánica de Suelos se habla de muestras "inalteradas" se debe entender en realidad un tipo de muestra obtenida por cierto procedimiento que trata de hacer mínimos los cambios en las condiciones de la muestra “in situ”, sin interpretar la palabra en su sentido literal.
Se debe a M. J.
Hvorsiev5 un estudio exhaustivo moderno que condujo a procedimientos de
muestreo con tubos de pared delgada que, por lo menos en suelos
cohesivos, se usan actualmente en forma prácticamente única.
Muestreadores de tal tipo existen en muchos modelos y es frecuente que
cada institución especializada desarrolle el suyo propio. El grado de
perturbación que produce el muestreador depende principalmente, según
el propio Hvorsiev puso de manifiesto, del procedimiento usado para su
hincado; las experiencias han comprobado que si se desea un grado de
alteración mínimo aceptable, ese hincado debe efectuarse ejerciendo
presión continuada y nunca a golpes ni con algún otro método dinámico.
Hincado el tubo a presión, a velocidad constante y para un cierto
diámetro de tubo, el grado de alteración parece depender esencialmente
de la llamada “relación de áreas”.
Donde
De es el diámetro exterior del tubo y Di el interior. La expresión
anterior equivale a la relación entre el área de la corona sólida del
tubo y el área exterior del mismo. Dicha relación no debe ser mayor de
10% en muestreadores de 5 cm (2 pulgadas) de diámetro interior, hoy de
escaso uso por requerirse en general muestras de mayor diámetro y,
aunque en muestreadores de mayor diámetro pueden admitirse valores algo
mayores, no existen motivos prácticos que impidan satisfacer fácilmente
el primer valor.
En la Fig. A-9.a aparece uno de los tipos más
comunes de muestreador de pared delgada; en la parte b de dicha figura
se muestra un tipo más elaborado de muestreador de pistón, que tiene por
objeto eliminar o casi eliminar la tarea de limpia del fondo del pozo
previa al muestreo, necesaria en los muestreadores abiertos; al hincar
el muestreador con el pistón en su posición inferior, puede llevarse al
nivel deseado sin que el suelo alterado de niveles más altos en el fondo
del pozo entre en él; una vez en el nivel de muestreo, el pistón se
eleva hasta la parte superior y el muestreador se hinca libremente
(pistón retráctil) o bien fijado el pistón en el nivel de muestreo por
un mecanismo accionado desde la superficie, se hinca el muestreador
relativamente al pistón hasta que se llena de suelo (pistón fijo). El la
Fig. A-9.c se muestra un esquema de un dispositivo aplicador de
presiones de hincado que puede usarse cuando no se disponga de una
máquina perforadora que aplique la presión mecánicamente; un
procedimiento alternativo al mostrado en la figura, será cargar la
varilla de perforación con peso muerto utilizando gatos hidráulicos.
En
ocasiones y en suelos muy blandos y con alto contenido de agua, los
muestreadores de pared delgada no logran extraer la muestra, saliendo
sin ella a la superficie; esto tiende a evitarse hincando el muestreador
lentamente y, una vez lleno de suelo, dejándolo en reposo un cierto
tiempo antes de proceder a la extracción. Al dejarlo en reposo la
adherencia entre el suelo y muestreador crece con el tiempo, pues la
arcilla remoldeada de la superficie de la muestra expulsa agua hacia el
interior de la misma aumentando, por lo tanto, su resistencia y
adherencia con el muestreador.
En arenas,
especialmente en las situadas bajo el nivel freático se tiene la misma
dificultad, la cual hace necesario recurrir a procedimientos especiales
y costosos para darle al material una “cohesión” que le permita
conservar su estructura y adherirse el muestreador. La inyección de
emulsiones asfálticas o el congelamiento de la zona de muestreo son
métodos que se han usado algunas veces en el pasado. Afortunadamente el
problema no es de vital importancia en la práctica de la Mecánica de
Suelos dado que la prueba estándar de penetración, al informar sobre la
compacidad de los mantos arenosos, proporciona el dato más útil y
generalmente en forma suficientemente aproximada, de las
características de los mismos.
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